Imagen tomada de la web Kankabal.
Mérida, Yucatán, 30 de mayo de 2016.- Con su propuesta de arte contemporáneo respaldado por las nuevas tecnologías de realidad virtual aumentada y el videomapping, la hacienda Kankabal se consolidó este fin de semana en el centro vanguardista de la cultura en el Estado.
La clausura de la residencia de arte RSDNSART 2, en la hacienda ubicada entre Izamal y Tunkás, no defraudó en lo absoluto a los visitantes. Uno a uno, los artistas presentaron sus 12 proyectos de intervención ante el público asistente, algunos de los cuales utilizaron el autobús que los patrocinadores del proyecto pusieron a disposición y otros más llegaron por su propia cuenta.
Además del recorrido por las distintas obras, el MiniFest Kankabal incluyó un taller de vaciado a cargo de Natalia Chávez y los conciertos de los grupos Los Kowalski, Snails of Caroline y Grupo Folgarolas. Y por la noche, el set de videomapping sobre la fachada de la hacienda como plato fuerte de la jornada.
El recorrido inició con la obra de Javier Arango, cuya pirámide que desde ahora da la bienvenida a la hacienda fue escalada por artistas y visitantes; la instalación de Pablo Moctezuma, con su paisajismo escultórico, alimentado con tecnología maya, y la plástica llena de colorido y símbolos del colectivo UVE Victoria, quienes adoptaron e intervinieron un espacio de la hacienda.
Los visitantes también conocieron el trabajo fotográfico de Fershow Escárcega, la propuesta artística de Rocío Segura y la puerta instalación de Laura Tortosa y Mayté Vroom, que incluyó un libro-archivo con el resultado de un amplio trabajo de campo sobre las haciendas Azcorrra, Kankabal y Ticopó.
Por la noche, Omar Castillo, Natalia Chávez y Carlos Becerra presentaron sus trabajos de instalación y recuperación de naturaleza, instalación escultórica a base de piezas de resina sobre perros callejeros e intervención escultórica, respectivamente, todos ellos incluyendo iluminación interna y arte sonoro, retroiluminación conseguida por placas solares y proyección de vídeo.
La mayoría de los trabajos incluyeron aplicaciones de realidad virtual aumentada y códigos QR, de modo que al correr las aplicaciones, por medio del celular o la tableta, sobre la obra de arte, el público podía disfrutar de una experiencia mayor, al mirar los cuadros y fotografías con vídeo, gifs y audio adicionales.